Identidad digital y métodos de pago.
El término “identidad digital” comienza a usarse alrededor de los años noventa como una herramienta para lograr nombre, posicionamiento o reconocimiento en Internet, como personas físicas, empresas o instituciones, desde los diversos dispositivos móviles y las redes sociales.
BBVA Research define la identidad digital como el “conjunto de atributos que vinculan una entidad personal con sus interacciones online”, es decir, la versión en internet de la identidad física de una persona y se compone de características o datos sobre un individuo u organización. Se trata del conjunto de acciones que realizamos de forma digital, de los servicios a que accedemos como fotos, correo electrónico, operaciones bancarias, preferencias de compra, etcétera.
La tendencia mundial es el uso de la identidad digital, tanto para compras o transferencias como para ventas, que a su vez se realizan mediante las aplicaciones de pago con rostro, biometría, huella digital o firma electrónica, entre otras.
La creciente utilización de la identidad digital es prácticamente indispensable en aplicaciones para integración de redes profesionales, de captura de perfil laboral o de especialización como en LinkedIn, Facebook o Instagram. Otras más avanzadas son las formas de pago o transacciones en línea, cuyas operaciones requieren de identidades digitales más complejas, debido a los controles de seguridad que se implementan para el resguardo de la información que integra la identidad digital, cuyo uso es común por ejemplo en:
Tarjetas de crédito o débito: A nivel mundial es la forma más utilizada en compras en línea, debido a que su proceso es bastante sencillo. Aunque es un sistema seguro, tiene la desventaja de que al otorgar los datos de la tarjeta provoca desconfianza por el riesgo de sufrir algún fraude.
Pay pal: Se considera una de las formas más segura de pagos en línea, ya que se requiere una tarjeta, un correo electrónico y abrir una cuenta en la plataforma de la aplicación para vincularlos. Entre sus principales desventajas están las altas comisiones, de 3 a 3.6% por transacción.
Wallets o monederos digitales: Es uno de los métodos más confiables utilizados para pagos en comercios en físico y en línea, mediante aplicaciones para dispositivos móviles, así como pagos de servicios de banca en línea. Una desventaja es la necesidad recurrente de actualizaciones de la aplicación.
Transferencia bancaria: Es un método muy sencillo el cuál se utiliza en algunos casos para pagos de cantidades considerables. Una de las ventajas es que no requiere una plataforma de terceros y el pago se realiza directamente de su cuenta bancaria. Una desventaja es que el pedido no se gestionará hasta que se haya comprobado la transferencia.
Criptomonedas: Operar con criptomonedas conlleva ventajas y riesgos. Son de reciente creación (2009) y dentro de las ventajas está el obtener grandes beneficios con un riesgo elevado. Operan las 24 horas del día con una infraestructura segura y transparente. Entre las desventajas, destaca que se trata de una inversión volátil, no son una inversión a largo plazo ya que nadie sabe qué pasará en el futuro con ellas.
Finalmente, el gran avance en la digitalización implica una agenda de retos en materia de regulación de la seguridad de la identidad digital y la privacidad de los datos personales, por lo que un comienzo si tienes una empresa o pretendes iniciar una es importante que te mantengas al día sobre los aspectos a tomar en cuenta al momento de gestionar tu identidad digital o bien, asegurarse de generar la mejor experiencia al cliente en el resguardo o tratamiento de su identidad digital.
Colaboración realizada por Mario Terres y equipo Revolución 5.0 Disruptive Labs. Si quieres conocer más contáctanos al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos!