Automatización, analítica y flujos de trabajo
¿Subirnos al barco o verlo pasar? Es cierto que las nuevas generaciones buscan la inmediatez en diversos aspectos, si bien la tecnología ha evolucionado mucho más rápido que antes, permitiendo satisfacer necesidades en el momento, es necesario adaptarnos y subirnos al barco si queremos continuar en el mercado competitivo de las nuevas generaciones.
Los desafíos para enfrentar son de diferentes alcances y dimensiones. Por ejemplo, mientras que para el ecosistema empresarial el proceso de la automatización suele darse continuamente y de forma evolutiva, para el sector gubernamental, no es algo tan simple. La automatización y las tecnologías tienen diversos aspectos de resistencia que limitan a los gobiernos en su implementación y aceptación entre los colaboradores. Según su percepción, puede considerarse positiva al traer consigo una mejora y eficiencia para la organización, ejecución y reducción de tiempos de respuesta, aunque su implementación conlleve un reto de nuevos aprendizajes. Por otro lado, puede verse de forma negativa y por desgracia, ésta es la más común, debido a la resistencia interna al cambiar la operatividad de las personas que han desempeñado el mismo trabajo durante los últimos 15 años o más, con la incertidumbre sobre el grado de afectación o alteración de la zona de confort.
El reto, no menos importante de la implementación de nuevas tecnologías que faciliten la automatización y reingeniería de procesos es la legislación. Los gobiernos operan con legislaciones que se desarrollaron hace más de 15 años (en el mejor de los casos han tenido modificaciones recientes) y no conciben la implementación de tecnologías y la automatización en sus procedimientos.
De acuerdo con la encuesta realizada por el World Economic Forum, respecto del nivel de automatización en el mundo y los empleos del futuro, se ofrece evidencia respecto de cómo en las organizaciones la automatización ha implicado la reducción de su fuerza laboral, y al mismo tiempo, para otras ha sido la oportunidad para integrar nuevos talentos, dejando ver claro que la competitividad para la empleabilidad busca nuevas habilidades.
Se espera que a través de la analítica de datos generados con la automatización sea más sencillo identificar e incluso predecir las necesidades y tendencias de los usuarios, facilitando la atención y las experiencias, haciendo mejores flujos de trabajo. En este sentido, la tecnología no debe verse como un adversario o sustituto del empleo, sino como un nuevo aliado que simplifica y permite mejorar y eficientar nuestros procesos abriendo la oportunidad de ser más productivos.
La capacitación en el dominio de herramientas tecnológicas entre el personal de la empresa, puede sortear con buenas perspectivas los retos y las resistencias de los colaboradores que a falta de conocimiento o manejo de las mismas prefieran mantener el tradicional estilo de operar, perdiendo las posibilidades de crecimiento que la automatización y la abundancia de datos significan. Subirse al barco de la automatización es una estrategia recomendable para toda empresa que busque disminuir costos y alcanzar un mercado más allá de las fronteras.
Colaboración realizada por Eduardo Martínez y equipo Revolución 5.0 de Disruptive Labs. Si quieres conocer más al respecto, contáctanos al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos!