Políticas económicas deseables para mujeres en tiempos de recesión.
Concebir políticas públicas a partir del reconocimiento de que la participación de la mujer en actividades productivas es fundamental para el crecimiento de la economía de cualquier país, más aún en tiempos de recesión. La disminución de las diferentes brechas en que se encuentran las mujeres está directamente vinculada a la generación de oportunidades desde política económica.
Un enfoque de política económica es la creación de incentivos fiscales para estimular la formalidad de empresas dirigidas por mujeres. La formalidad promete mayor estabilidad del ingreso y mejores condiciones laborales. La tasa de informalidad entre las mujeres de 15 años y más es de 54% de según el INEGI, mismas cuyo ingreso además de ser inestable está por debajo de un salario mínimo. La situación de informalidad y desempleo sigue agravándose. De 2021 a 2022 el número de mujeres empleadas pasó de 44% a 37%. Datos del IMCO, reportan 46% autoempleadas en 2021 y 51% en 2022, lo cual implica un fenómeno por el cual las mujeres están buscando ingresos de manera autónoma.
Diseñar e impulsar programas que promuevan la formalidad, la inserción laboral, que faciliten la incorporación de las mujeres en el mercado de trabajo adecuadamente, considerando la flexibilidad de horarios, debido al poco tiempo disponible, dado que los horarios fijos continuos, hasta ahora han impedido que puedan ascender en el mercado laboral, generando una reacción en cadena en su contra, pues los ingresos que obtendrían por el trabajo remunerado serán menores y se insertarán en trabajos de baja calidad, muchos de ellos en la informalidad. Las mujeres siguen desempeñando actividades no remuneradas como cuidado infantil, de enfermos y adultos mayores. Esta situación disminuye las posibilidades de participar en actividades más productivas en lo que a ingresos se refiere y en detrimento de su autonomía financiera.
El fomento de la participación de las mujeres en áreas de Ciencias, Ingenierías, Tecnologías y Matemáticas, comúnmente llamadas STEM puede en un futuro cercano resultar exponencialmente favorable y productivo para las mujeres. Durante la pandemia el liderazgo de las mujeres en puestos directivos pasó de 29% a 31% promedio global. En nuestro país solo 28% de las mujeres se desempeñan en las áreas STEM. Las mujeres tendemos más que los hombres a ocuparnos en arenas de negocios, administración y leyes, principalmente, por una suerte de estereotipos y una cultura que de entrada coloca a las mujeres intelectualmente inferiores a los hombres en el dominio de estas áreas y que al mismo tiempo son usualmente las de mayor ingreso.
En todo caso, un esfuerzo que se debe continuar apuntalando es la promoción de líderes empresarias. Las empresas que lideran las mujeres tienden a tener menores índices de rotación de personal y además suelen contratar a más mujeres en sus equipos de trabajo. En México este liderazgo alcanzó 36%. Si consideramos la importancia de mujeres que comprenden la PEA nacional que se integra con 23.2 millones de mujeres, sin duda, empujarlas a ser líderes de sus propias empresas y que de hecho sea dentro de la formalidad es una gran oportunidad para reactivar la economía y profundizar el trabajo en la desaparición de las brechas tradicionales en los distintos entornos en que se desempeñan las mujeres.
Colaboración realizada por María del Sol Rumayor Siller y equipo Revolución 5.0 de Disruptive Labs. Si quieres conocer más al respecto, contáctanos al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos!