Cryptojacking: Internauta prevenido vale por dos

“¡Me hackearon!” Todos tenemos un amigo o familiar a quien hemos escuchado decir esta frase, si es que no nos ha pasado a nosotros mismos. Lo primero que se nos viene a la mente al escucharla, es miedo, terror, invasión a la privacidad, suplantación; una jugada de mal gusto. Sin embargo, aunque su significado no esté relacionado exclusivamente con lo negativo, el cryptojacking, un tipo de hack, sí lo es. Su existencia, práctica y uso, es una amenaza para los usuarios de internet. ¿En qué consiste el cryptojacking? esencialmente, se refiere al uso no autorizado de la computadora (o algún otro dispositivo con acceso a internet) de otra persona para extraer criptomonedas, a partir de la descarga de un código de criptominería, tan solo haciendo click en enlaces maliciosos, enviados por correo electrónico o en un sitio web de anuncios con código JavaScript.

Disruptive Labs

Pues bien ¿qué son las criptomonedas y por qué el cryptojacking representa una amenaza? La criptomoneda se define como moneda virtual, gestionada por una red de computadoras descentralizadas, cuyo sistema de encriptación, asegura las transacciones entre usuarios. Este dinero virtual e intangible ha potencializado el desarrollo de las tecnologías de registros distribuidos como el Blockchain. De hecho, el Blockchain funciona precisamente como una cadena de bloques para registrar transacciones económicas sin intermediarios, una red peer-to-peer. Se trata de una conexión con arquitectura para comunicaciones entre aplicaciones. Esta tecnología es la base para la creación de criptomonedas, cumpliendo las funciones de registro, conservación y protección de la información. Es hasta ahora, la manera más segura de operaciones con criptomonedas. No obstante, como en todas las áreas, ninguna es infalible y ello incluye a las tecnologías, donde los esfuerzos por irrumpir los sistemas están a la orden del día.

El cryptojacking es una forma de minería de criptomonedas que invade las computadoras para utilizarlas de forma ilegal y apoderarse de su procesamiento, para recibir criptomonedas gratuitamente. La primera moneda en circular bajo el software seguro de la Blockchain, es el Bitcoin, conocida desde 2008, por almacenarse en una nube de información totalmente protegida. Actualmente un Bitcoin oscila entre 750 mil y 800 mil pesos mexicanos (34 mil dólares americanos). El valor de las criptomonedas ha despertado interés en las personas que buscan aprovecharse de manera no autorizada de este dinero virtual. En México se estima que 13.7 millones de adultos usuarios de internet poseen criptomonedas, lo que representa una tasa de 15.2% muy cerca del promedio mundial de 15.5%, según datos de Finder. De este modo, el país se vuelve un blanco del cryptojacking, por lo que es indispensable conocer y prevenirlo.

Checkpoint, empresa mundial de seguridad moderna en centros de datos, recomienda aplicar actualizaciones y parches, para proteger los dispositivos de una empresa contra el malware de cryptojacking, aplicar autenticaciones multifactor (MFA) para que al atacante le sea muy difícil ingresar en sus datos, recursos seguros basados en la nube y protección anti-bots. Herramientas como Harmony Endpoint de Checkpoint, analiza los intentos de cryptojacking y protege a los equipos de todas las amenazas de ataque, y están al alcance de cualquier empresa que quiera proteger sus criptomonedas de este peligro.

Probablemente tienes interés en las criptomonedas, un buen camino para iniciar es explorar previendo riesgos de cryptojacking. Te damos algunos consejos básicos:
• Instala alguna extensión de bloqueo de anuncios o anti-cryptomining en los navegadores web como Ad Blocker Plus, No Coin o MinerBlock.
• Actualiza periódicamente las herramientas de filtrado en tu navegador.
• Capacítate o inscríbete en cursos para identificar riesgos y prevenir vulnerabilidades.
• Recurre a un experto en el tema.

Si quieres conocer más al respecto, contacta al equipo de Revolución 5.0 al correo contact@disruptivelabs.mx o a nuestras redes @DisruptiveLabs, ¡con gusto te leemos! Colaboración realizada por miembros del equipo de Disruptive Labs.